Ahora bien, en esta cosmovisión, la tierra habitada por los humanos es concebida como Tekohá, lugar de vida y convivencia cosmobiológica. Ñandé rekohá menta su dimensión cultural. La palabra Tekohá es holísta, es decir, significa y produce relaciones económicas, sociales, políticas, ecológicas y religiosas, al mismo tiempo, de tal manera que, como dice Bartomeu Melià
, « sin tekohá no hay tekó ».
El guaraní necesita la tierra con toda su biodiversidad, para poder vivir y ser guaraní. No como el occidental que puede vivir en ciudades, separado de la naturaleza. Podemos imaginar lo que implica, para ellos, el que sus selvas estén siendo deforestadas, sus tierras y ríos envenenados por agrotóxicos y exploraciones hidrocarburíferas. El Tekó porã se ha tornado Tekó vaí, mal vivir. En la actualidad, a través de la Asamblea del Pueblo Guaraní, APG, están buscando un modus vivendi honorable y pragmático con la civilización occidental”.
Cf. Javier Medina, Interculturalidad : El encuentro de los conquistadores con los Guaraníes