El Tercero incluido
de toda estructura de reciprocidad es eficiente al igual que las energías no-contradictorias. Esta eficiencia es percibida como un mandato. El mandato crea la sujeción de aquellos a quienes se dirige.
Sólo el conocimiento racional del principio de reciprocidad permite relativizar sino el mandato mismo, por lo menos su fuente presunta, y por consiguiente, librarse de toda sujeción.