La reciprocidad obliga aquél que actúa sobre el otro a sufrir esta misma acción, y el que sufre a actuar. Reproduce en sentido opuesto la situación de uno en relación con la del otro y, así, la percepción de cada uno se redobla de la percepción (opuesta) del que esta en frente.
Entre estas dos percepciones antagónicas aparece el “justo medio” de ARISTÓTELES, el Tercero incluido
de LUPASCO en la Lógica dinámica de lo contradictorio.