Lévi-Strauss sitúa el origen de la función simbólica en la capacidad del espíritu humano de superar el sentimiento nacido de una situación contradictoria, inherente al encuentro de los primeros hombres, por una representación duplicada de lo que está en juego de este encuentro en dos términos opuestos y complementarios que pueden, por lo tanto, intercambiarse : es el principio de oposición.
Deduce que el intercambio es la razón de estos encuentros y la motivación de la función simbólica.
Pero propone también, bajo el nombre de « principio de casa », observaciones que permiten concebir una segunda modalidad de la función simbólica capaz de transformar un sentimiento nacido de la situación contradictoria en una representación expresada por un significante único : la Palabra de unión.
Basta con proseguir su reflexión para descubrir que estas dos modalidades de la función simbólica requieren la perennización de la situación contradictoria, lo que garantiza la reciprocidad y no el intercambio.
La Lógica dinámica de lo contradictorio es requerida entonces para entender cómo un sentimiento contradictorio puede expresarse mediante una representación no-contradictoria que expresa la Palabra de oposición o la Palabra de unión.
La reinterpretación de las observaciones de Lévi-Strauss, con la Lógica dinámica de lo contradictorio, conduce a interpretar la reciprocidad como la matriz del sentido.
Dominique TEMPLE
1997
Publicado en francés por Transdisciplines, Revue d’épistémologie critique et d’anthropologie fondamentale, Paris, L’Harmattan, avril 1997, pp. 9-42.