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Matrices de civilización, La Paz, 2008.

Parte I

Bolivia - Matrices de civilización - Sobre la teoría económica de los pueblos andinos

2. Triada : sistemas económicos, imaginarios y la espiritualidad andina

YAMPARA Simón & Dominique TEMPLE | 2006

Feria-contorno-entorno y la celebración

D. Temple :
— Nos dices que el Contorno es la parte de influencia de la Feria. La Feria, primero, se hubiera iniciado con las actividades agropecuarias y, luego, con la participación de los talleres de los artesanos que proponen los útiles necesarios a las explotaciones agropecuarias. Y, por eso, el Contorno parece una amplificación del conjunto agropecuario por la parte artesanal. Aquí el Contorno parece una esfera motividada por la complementariedad, esfera que puede ser ubicada en lo real, es decir, por las prácticas que se definen por lo útil. Pero parece que esta esfera es dependiente de las actividades agropecuarias. Si las actividades artesanales y mercantiles dependen de las actividades agropecuarias, me pregunto ¿si hay una diferencia en el manejo de los yatiris ? Me pregunto ¿cómo las relaciones de esta esfera definida por el Contorno se justifican al nivel simbólico ? Y ¿cómo los yatiris pueden atender con los mismos principios o las mismas leyes a los campesinos y a los artesanos o también a los obreros, en particular, a los mineros ? ¿Cómo hacen ?

S. Yampara :
— Tengo una confusión entre el Contorno y el Entorno en castellano. No así en aymara. Muyta es el Contorno y la muyt’a que sería algo más ampliado, por tanto, haría referencia al Entorno. ¿Me preguntas cuál es el uso adecuado de las palabras Contorno y el Entorno y dices que parece depender más de las actividades agropecuarias ?

D. Temple :
— Por lo que entendí, el Contorno es la parte inmediata y el Entorno es la parte en la cual están los yatiris. Es la parte donde se halla lo espiritual.

S. Yampara :
— Con esta aclaración me parece muy interesante la pregunta que estas haciendo.¿Qué pasa con los yatiris ? ¿Cómo interaccionan ?

Una primera cosa que se puede aclarar, según mi criterio, es que los yatiris están en su espacio : su espacio es toda la territorialidad andina que va de la costa del Pacífico hasta los llanos orientales, del norte : desde el límite del Tawantinsuyu, el Cuzco, hasta el río Maule en el sur, límite con los Mapuches. Todo el espacio del qullana-suyu. En este espacio territorial tiene mayor vigencia su accionar. No es extraño que, en este espacio, pueda haber gente de uno a otro lado, del espacio del urqu-suyu o del espacio del uma-suyu, con sus prácticas de pertinencia territorial y la cosmovisión de pueblo. Esto es una cosa.

Pero, por otro lado, en eso de los obreros, ellos tienen la tradición minera. En esta tradición, también ha entrado este fenómeno de la ritualidad ; el Tío, por ejemplo.

El tercer elemento, los Artesanos, debemos indicar que, tanto los mineros obreros como los artesanos, tienen origen y procedencia aymara-qhichwa, no exclusivamente pero si principalmente. El proceso de su identidad se ha ido cortando, tal vez, por su actividad no agropecuaria y por el proceso de la invasión colonial. Todo eso se observa como negación de su propia identidad pero, en el fondo, en su pulmón conectado al corazón – y es una cosa que se tiene que verificar – pervive el cultivo de la espiritualidad andina. En el programa de la inteligencia, aparentemente, sí han variado muchas cosas, pero, en el disco duro, como es el corazón, allí permanece viva y latente esta energía. Eso que está encubierto hay que ir descubriendo.

A nosotros, en nuestro trabajo de investigación, nos ha llamado la atención que los entrevistados, en el fondo, siguen pensando en la actividad agropecuaria. Eso es importante señalar. Inclusive, están soñando que un día tendrán tierras y que podrán cultivar. Esto me hace pensar : trabajando en otra actividad no agropecuaria ¿por qué no se han olvidado del todo ? Pero, paradójicamente, resulta que los que han nacido dentro de la actividad minera ya no saben de agricultura. Entonces hay que averiguar cuántos saben de las actividades agropecuarias y cuántos no. Los que tradicionalmente han nacido dentro de les actividades agropecuarias siempre van a pensar en las actividades agropecuarias y, por tanto, en la cosmovisión, la espiritualidad y la ritualidad andina.

En fin, la cordillera andina con sus paisajes y montañas con picos nevados elevados, permanentes (…) en su recorrido espacial, tiene una especie de columna en el espacio territorial andino, como el hombre tiene una columna vertebral en su cuerpo. Entonces esa columna, cual bisagra territorial, tiene y contribuye con una fuerte carga de energía espiritual a todo el espacio andino. Por eso, ese espacio se llama qullana-suyu. qullana-suyu, en aymara, tiene tres connotaciones :

- Espacio territorial, donde se produce la mayor cantidad de hierbas medicinales, insumo básico para los qulliris y kallawayas, médicos naturistas herbolarios por esencia.

- Por la variedad altitudinal y ecológica, es un espacio que se auto-sanea, se autorregula ecológicamente.

- En ese espacio están los macizos de la cordillera y la faja de mayor carga de energía espiritual, donde está el lago Titicaca, más alto del mundo, y el semillero de la civilización andina como es Tiwanaku. Entonces digo, en esta área de influencia actúan los yatiris, los chamakanis, los kallawayas como gestores y administradores de la energía espiritual andina. No se si con eso he podido aclarar tu preocupación.

D. Temple :
— Sí, pero en lugar de tener una cuestión ahora tengo dos.

El Imaginario

Por lo que has dicho, entiendo que los yatiris tienen que expresar la ley para todos ; es decir, dar una cosmovisión para todos ; pero si no hay un centro de redistribución, que puede reivindicar por si solo el derecho de definir la ley, tienen que hacer entre ellos una especie de red que engloba la totalidad del mercado, el conjunto agropecuario y el contorno. Por lo tanto, ¿sería la razón por la cual están ubicados afuera del Contorno para diseñar una esfera más importante, que llamas el Entorno ?

De eso, la esfera de lo Imaginario competirá con la esfera de lo Real y creo que es natural que no se mezclen. Pero, si la más amplia enlaza a la más pequeña, ¿la desborda también ?. Si el Imaginario es que desborde lo Real, los yatiris ¿tendrán que ubicarse en el entorno, para figurar este enlace ?. Y esta ubicación ¿tendrá una significación teórica ? Entonces, la ubicación de los yatiris seria la de una esfera de espiritualidad que desborda a la esfera material y la contiene y parece además que la determina. ¿Quieres, tu, insistir sobre el hecho que la chuyma no es solamente una afectividad que se recibe o que es sufrida o que es padecida, sino que es también una potencia que exige manifestarse y que tiene una dinámica ?. Cantidades de atenciones y expresiones y, luego, de acciones atestiguan la manifestación de aquel sentimiento. ¿Podemos llamar a esta eficacidad : la eficiencia simbólica ?

La chuyma es eficaz pero tiene que conformarse también a las costumbres, es decir, que los valores éticos tienen que conformarse a la tradición, respetar una serie de rituales, como las mesas que tienen un carácter apremiante y de representaciones, como son los achachillas, etc., que constituyen un lenguaje, un discurso coherente, que se puede llamar : un discurso del Imaginario que pretende dar cuenta de la realidad del mundo. ¿Cómo se puede constituir este Imaginario ?

Para entender, yo me puedo referir a un trabajo de Michaël Harner [1]. El ha mostrado que los chamanes achuar han llegado a institucionalizar una esfera de relaciones sociales que moviliza las relaciones humanas por medio de su Imaginario. En la sociedad achuar, los primeros que han construido la reciprocidad fueron los guerreros y se generó un valor que llaman el kakarma, que se representa con una visión que se dice arutam. Si se proclama la visión arutam por una palabra, esta proclamación, da obligación de traducir la potencia del kakarma en lo Real. Esta palabra, que designa la arutam, es un nombre de venganza, porque los Achuar son guerreros. La proclamación de su arutam significa la obligación de ir a la guerra. Entonces, cuando se proclama la potencia del kakarma a través de su visión – la arutam – se tiene que realizar un acto real de matanza. Si no fuese así, significaría que el kakarma ha muerto ; que el guerrero hubiera espiritualmente muerto. Cuando en una comunidad alguien muere por accidente, se dice que aquella muerte es la consecuencia de una palabra enemiga. Aquí se ve que los Achuar dan a la palabra, que expresa la potencia espiritual, un crédito tan grande que pueden interpretar todo acontecimiento como una manifestación suya, aunque su origen sea desconocido, o sea, sin origen. Es la esfera de lo Imaginario que ha sustituido la esfera de lo Real. Me pregunto, si en el mercado ¿hay también esta tendencia de los yatiris a interpretar todos los acontecimientos de la vida como dependientes de la palabra y, por tanto, a integrar todos acontecimientos dentro de una esfera de relaciones imaginarias, regidas por la potencia de los valores éticos ?. En este caso, ¿se podría hablar de una ético-gracia ?

Imaginario qullana e Imaginario cristiano

Entendí que los yatiris son los dueños de los espíritus y que hablan por cuenta de la chuyma. Son los que tienen las llaves de la verdad ética. Su universo no es más el mundo de lo Real, de las prestaciones de cervezas o refrescos, por ejemplo, que ofrecemos para sentirnos conformes, no, sino de la esfera de las prestaciones rituales, de quienes pueden decir cuáles son las cosas justas, leales o no, la esfera de quienes manejan entonces los valores nacidos de las prestaciones del mercado para acordarlas al nivel que es el suyo, es decir, a lo Simbólico y eso por el camino o el medio del Imaginario. Es una esfera más amplia que la esfera del mercado y, además, superior. Pero los cristianos también quisieron hacer lo mismo y construyeron, en el centro de la marka, su iglesia. Sin embargo, no se ubicaron en el Entorno sino en el centro y, más precisamente, en el centro de la marka cuando lo podían. Me pregunto, si no quisieran tomar el lugar de los curacas que eran, quizás, los representantes de la autoridad en un sistema de redistribución también centralizado ¿qué era el sistema de redistribución inca ? Dices que cada uno de los yatiris se piensa apto o inapto para arreglar un asunto, y anotas que si le toca la competencia, él dice lo que tiene que decir y, si no, invita a consultar a otros que pueden responder. Entonces, ¿quizás los sacerdotes no han llegado a superar a los yatiris porque los yatiris no pertenecen al mismo sistema de reciprocidad que los curacas, no pertenecen a un sistema centralizado, sino a un sistema descentralizado que supone una estructura de base que es el compartir ?

S. Yampara :
— Primero hay que aclarar varias cosas. Una aclaración sobre el chamanismo : chaman viene, creo, de la cultura oriental. Creo que, en los Andes, no se conoce con el nombre de chaman. Se tiene que precisar eso un poco.

D. Temple :
— Tienes razón : hay que tomar la palabra achuar (chaman = uwisin)

S. Yampara :
— Otra precisión. Creo que lo que tú dices del mundo real y el mundo imaginario, y de lo material que se escapa el mundo espiritual, yo creo que, aquí en los Andes, más bien se trata de armonizar estas energías : la energía material con la energía espiritual. Se trata de interaccionar, contrabalancear, trabajar con ambas energías ; material y espiritual. Ahora, entre lo Imaginario y lo Real siempre se contrabalancea la vida. No trabajan solamente con lo Imaginario. Entonces, eso parece otro factor muy importante que habría que ver y profundizar.

Ahora bien, lo que nos está faltando, me parece, es el lenguaje adecuado, para una comunicación adecuada y, tal vez, una cosa, un objeto, una expresión, la entendamos de distinta manera, de acuerdo a nuestra cosmovisión, los presupuestos culturales y hasta lingüísticos y la manera de cómo entendernos mejor, como en el caso de “chaman” y “chamanismo”, por ejemplo. Muchas veces, podemos decir, se puede entender que todo tratamiento espiritual es chamanismo, pero cuando entramos en lo profundo, creo que hay otras cosas o, al menos, los sentidos de manifestación del corazón/chuyma que tiene su exigencia de la identidad propia y su matriz cultural.

Se sabe que los yatiris no son personas comunes, para los aymara-qhichwa. Pero, a su vez, el yatiri más sabio resulta aquel persona consagrado por « Illapa », el rayo, relámpago. Aquí es pertinente preguntarse ¿qué proceso y fenómeno pasa con el yatiri ? ¿Por qué se convierten en sabios notorios estos hombres o mujeres ?

Hay otro elemento más aquí : los yatiris no trabajan así no más, de modo directo con la palabra, como estamos aquí conversando. El yatiri trabaja con una serie de implementos, como la hoja de la Coca en la istalla/tari. Son implementos muy importantes. No se si el chamán tendría algo correspondiente con que trabaja, pero el yatiri como el chamakani, así como el kallawaya, sin la hoja de Coca, en la chuspa, la istalla, no puede trabajar, ni comunicarse con las energías de las deidades naturales.

Ahora bien, a esta acción de estas autoridades que complementan con la espiritualidad ¿Por qué es que les dicen brujos ? Eso puede tener una explicación. La inquisición cristiana no quería que practicaran esto, sino que se conviertan en seres cristianos y, por lo tanto, les han dado este adjetivo de « brujos », de « hechiceros », que « trabajan con cosas malignas », pero, no entienden el rol profundo que ellos tienen. Mas bien son ellos los que suministran, administran e interaccionan, las energías materiales y las energías espirituales y los que tratan, en lo posible, de armonizar esas energías. Cuando hay una especie de sobrecarga, por así decir, de esas energías materiales, ellos tienen que regular ; cuando hay un déficit de energía espiritual, ellos tienen también que regular. Son maestros, administradores y reguladores de ambas energías materiales y espirituales.

Aquí, creo, que hay que entender las cosas de esta manera, no separadas ni aisladas, como en la teología cristiana. Yo no puedo separar lo material de lo espiritual y decir que en la acción espiritual andina esta lo maléfico y lo diabólico, como sostienen los cristianos y las sectas religiosas contemporáneas. La interacción de lo material-espiritual, lo real y lo imaginario, es la potencialidad que puede aportar la cosmovisión, la cosmo-convivencia andina a la humanidad como un valor ético. Y pienso que el hombre occidental, la civilización de los pueblos llamados occidentales, ha separado lo material-espiritual, no solamente por cuestión de especialización sino, sobre todo, porque ha dado mayor atención y preocupación a lo material-monetario y, para ello, han desviado el principio del derecho universal natural hacia el derecho de la propiedad privada, para permitir y encaminar hacia una mayor acumulación privada. Desde entonces, ha sido su principal preocupación la acumulación de lo material-monetario, sin preocuparse que, con sus acciones, estén enfermando el planeta tierra [calentamiento global] y poniendo en peligro la humanidad en su conjunto, incluidos ellos. Pero, paradójicamente, otros pueblos y civilizaciones en sus corazones, late el retorno a valores éticos y más humanos como los andinos que buscan el bienestar y la armonía integral.

D. Temple :
— Lo que dices aclara esta ubicación de los yatiris cerca del mercado. Tienen que estar en la proximidad del mercado, donde está lo Real, para poder armonizar, como dices, las fuerzas que vienen de lo que llamo “lo real” y lo que llamo “la eficiencia de lo simbólico”. Es esa la inteligencia propia de los yatiris. Y también están en el Entorno, porque tienen que dar una clara interpretación del todo. Por lo tanto. cuando uno no sabe cual tiene que ser su actitud, pide ayuda a quienes saben : los yatiris.

Yatiri

Sin embargo, aquí tengo otra cuestión. Para implementarla se puede recordar un estudio sobre el pueblo de los Huni Kuin, debido a Deshayes y Keifenheim [2]. Los Huni Kuin pertenecen al conjunto Kuin. Este conjunto puede ser dividido, por la Palabra de Oposición, en parcialidades y, éstas, en otras divisiones también, como en las sociedades aymaras y qhichwas. Pero me interesa solamente la palabra Kuin que quiere decir el conjunto, una Palabra de Unión que designa un conjunto que no puede oponerse brutalmente al Contorno, porque sería una nueva oposición. Entonces se dice que entre la esfera del Kuin y el Contorno, el pasaje es progresivo como un degradé. Esta parte progresiva, en la cual los caracteres propios del Kuin se difunden sobre lo que no es Kuin (un poco como el mercado agropecuario que extiende su influencia sobre los talleres que no son agropecuarias) esta zona de influencia del Kuin se llama Kayabi. Kayabi es el Contorno. Pero existen, fuera de la zona de influencia Kayabi, otros seres, otros hombres, como son los colonos, los misioneros, etcétera, que no son de todo Kuin. Los que no son Kuin se llaman Kuinman. Sin embargo, estos perjudican a los hombres Kuin cuando vienen en su aldea e imponen su modo de ser, por ejemplo, cuando vienen a imponer formas de mercado, motivadas por el provecho. Esta zona de sufrimiento, en la cual el orden Kuin es perjudicado, es una frontera en degradé que se llama Bemakia. No es la misma zona que soporta la influencia de Kayabi. Kayabi es la influencia positiva de Kuin sobre el mundo exterior. Bemakia es la influencia negativa del mundo exterior sobre el mundo Kuin.

Entonces se puede imaginar que hay dos especies de espíritus : unos benéficos, que pertenecen a la sociedad de los Huni Kuin, y otros maléficos, que pertenecen a los colonos.

Pero se presenta la dificultad siguiente. En el mundo aymara existe otra relación, diferente a la relación de reciprocidad positiva : ayni, minka, redistribución, que expresa relaciones de reciprocidad negativa, como por ejemplo el tinku. Pero estas relaciones generan también sentimientos que podemos llamar “espíritus” : son los espíritus de venganza o, tal vez, de justicia también. Entonces, tenemos dos tipos de sentimientos, llamados negativos : unos que parecen ser los efectos del extranjero, que no pertenece al sistema de reciprocidad, en el estilo Bemakia según la interpretación de Deshayes y Keifenheim ; los otros son sentimientos o espíritus negativos que pertenecen al sistema de reciprocidad aymara, como es el tinku : espíritus negativos de adentro y espíritus maléficos de afuera.

La cuestión viene a ser visible cuando los mineros desfilan en las Entradas. Tienen máscaras que son máscaras del diablo ; incluso hay una danza con el diablo, la Diablada. Por fin, la cuestión es : ¿estas máscaras son los símbolos de espíritus de dentro o de fuera ; son de tipo Bemakia, según la interpretación de Deshayes y Keifenheim, o resultan de una forma de reciprocidad negativa aymara, el tinku, por ejemplo ?

La cuestión es difícil, para mí, porque tenemos que ubicarla dentro del contexto colonial, en el cual los sistemas de reciprocidad aymaras han sido distorsionados o sustituidos también por sistemas ajenos, por ejemplo, el sistema centralizado de la iglesia católica. Respecto a los espíritus negativos, los cristianos dicen que son « cosas de indio » pero los Huni Kuin dicen, hoy, que son producidos por la forma anti-reciprocidad del intercambio capitalista. ¿Que se podría decir al respecto ?

La cosa es más difícil todavía porque, en el comentario de la tesis de Deshayes y Keifenheim que publicaron Javier Medina y Jacqueline Michaux [3], doy la interpretación siguiente de los espíritus Bemakia : antes de la colonización, los espíritus negativos procedían de la reciprocidad negativa y solamente de ella, porque todas las actividades de la sociedad eran integradas por la reciprocidad. Entonces, Bemakia querría decir los espíritus de la reciprocidad negativa, los espíritus de la venganza y de la justicia también. La no-reciprocidad no existía socialmente : caracterizaba lo inhumano. Entonces no había lugar para hombres que no pertenecieran ora a una red de reciprocidad positiva ora a una red de reciprocidad negativa. La aparición de una soldadesca, que se nutría de oro y plata y que no pertenecía al modo de ser de las sociedades originarias, generó graves Quiproquos que trastornaron la cosmovisión de los pueblos de América.

Por lo tanto, aparecieron nuevas formas de sufrimiento, pero que fueron primero interpretadas por las categorías existentes. Pienso que los pueblos de América intentaron de convencerse que sus sentimientos de sufrimiento eran los efectos de espíritus maléficos, producidos por la reciprocidad negativa. El estudio de B. Melià sobre la interpretación del precio del mercado de intercambio por los Guaraníes, nos da que pensar [4]. Los Guaraníes de hoy utilizan la palabra tepy, que quiere decir venganza, para expresar el precio impuesto por los colonos ; es decir, que justifican el precio por la venganza de quien es suponen tiene una razón para imponer aquel precio. Una razón que se explicará por una supuesta relación de reciprocidad negativa. Fuera de esta relación previa, el precio impuesto no tendría ninguna justificación para ellos. Es por eso que aplican el término de venganza.

Lo mismo podría justificar la interpretación de Deshayes y Keifenheim. La influencia maléfica de hoy es una influencia nueva, la del extranjero occidental que no practica la reciprocidad, la del intercambio para el provecho, pero que está interpretada todavía con las categorías de la reciprocidad negativa. Pero ¿dónde entra el Intercambio en esta triada de la cual Uds hablan : Producción-Feria-Celebración no sería lo mismo ? ¿De qué nos habla el chamakani ?

La armonización por el tinku

S. Yampara :
— Lo central hay que aclarar. Una cosa es que el tinkhu lo tomen como algo maléfico. El tinkhu, más bien, es algo para neutralizar energías maléficas : es algo para armonizar estas fuerzas maléficas. Lo del tinkhu es una cosa importante, mas yo no diría que es maléfico. Lo maléfico es el cristianismo, para la cosmovisión andina.

D. Temple :
— En este caso, es el control de lo maléfico por la reciprocidad. Se puede decir que, tradicionalmente, lo maléfico es neutralizado por la reciprocidad. Ahora bien, en el caso de los blancos no hay más reciprocidad. Hay otra especie de tratamiento que no se puede neutralizar.

S. Yampara :
— El tinkhu tiene un sentido armonizador ; puede ser de energías malignas, que están allá, pero si se las pone en la acción del tinkhu, tratan, si es posible, de armonizar para que salga lo benéfico y, entonces, lo malo lo encaminan, lo anulan, para recoger energía benéfica que beneficie a todos. Ahora bien, el ayni, por medio de las ceremonias rituales, sirve precisamente para emular, interaccionar las energías materiales con los espirituales ; movilizar las energías espirituales de las deidades naturales hacia el bienestar y armonía en la vida.

Ahora, el diablo, y lo diabólico, es más bien efecto colonial, porque hubo tantas inquisiciones religiosas. Todo lo maligno, todo lo que hacían con la invasión colonial, era maldad con consentimiento de los invasores. Paradójicamente, las acciones de los que armonizaban, son consideradas diabólicas, maléficas. Con esos conceptos encubrían. El cristianismo tenía que deshacer esa armonización, sosteniendo que todo lo que hacían los Andinos era maléfico y diabólico. Como respuesta a esa diabolización, sale la Diablada, con las fuerzas, con las energías malignas, como indicando « hasta con ellos compartimos » y, ahora, se dice lo mismo de la Virgen del Socavón, de adentro de estas energías invisibles sale la virgen. Entonces, nosotros hasta con lo diabólico bailamos, armonizamos. Otra vez, como con el tinkhu, tratamos de armonizar. Pareciera decirnos : « no tenemos problemas con lo diabólico ». Al « tío » en la mina, por ejemplo, no le están diciendo diabólico ; es también celebración, fiesta y alegría, luego de jornadas fatigosas en la extracción de los minerales. La respuesta está en las mascaras con que imaginan cómo es el diablo ; están diciendo, por ejemplo, que el ángel, que está por delante del conjunto de la Diablada, administra estas energías. Están indicándonos : hasta el ángel tiene que bailar y ver con estas energías […]. La Morenada, que gusta a mucha gente aymara, es la representación del peso colonial que se lleva, carga con que se mueve, pero con pasos marciales ; no es una cosa muy movida ; es muy pesada la carga colonial. Contemporáneamente, hasta las mujeres se han sumado a ayudar y compartir el peso, pero buscando y mostrando el cambio que ellos poseían de riquezas, joyas y vestimenta y que al celebrar redistribuían las energías y las riquezas comunitariamente, guiados por un consejo de autoridades políticas diárquicas, chacha warmi : hombre-mujer, que, en este caso, serían los prestes/pasantes de las Entradas del Gran Poder, del Carnaval de Oruro o de la Entrada de la Feria de la 16 de julio de El Alto de La Paz.

Entonces, como verán, para la cosmovisión/la cosmo-convivencia andina y los yatiris las cosas maléficas no son maléficos. Podemos también transformar estas energías maléficas en energías benéficas, por medio del t’inkhu y las ceremonias rituales y hasta podemos bailar con el diablo. Hasta ustedes, que nos dicen que son cosas maléficas, hechicerías, están invitados y vienen a bailar con nosotros la Diablada. Parece que nos contagiamos con la celebración andina. Hay muchos europeos que vienen al Carnaval de Oruro y se meten a bailar la Diablada.

Ahora me haces pensar que también podríamos decir que el yatiri maneja energías espirituales benéficas y el chamakani energías espirituales malignas. ¡No se ! Yo creo que, en ambos, hay de todo. En el día hay energías malignas y benignas y, en la noche, también hay energías benignas y maléficas. Aquí es importante entender que los sabios andinos, balancean, regulan y armonizan ambas energías ; que el yatiri se encarga y trabaja más con las energías del día y el chamakani se encarga y trabaja con las energías de la noche ; de la oscuridad es otra cosa ; pero ambos hacen la unidad y la armonía de las energías del día, las 24 horas : Lo que sí hay que ver es ¿qué pasa con las energías del alax-pacha, de arriba, de la altura, y la de manqha-pacha de adentro de la profundidad y averiguar dónde hay mayor o menor energía maligna ?

Tal vez, por la falta de visibilidad, en la noche las cosas no son tan evidentes. Puede ser que hay mayor carga de energías malignas y que salen de la profundidad misma del manqha-pacha de la pacha-mama ; puede ser. Pero no se cómo determinar, porque no hay caso de cuantificar estas energías. ¿Cómo se podría decir que hay más o menos cargas de energía ?. La esfera cualitativa de la energía de la pacha es difícil de cuantificar. No se puede hacer. No por eso no tiene peso ni importancia en la vida ; ese es otro problema. Lo material siempre podemos ver y también cuantificar, pero, lo inmaterial, el imaginario, funciona en base a señales y símbolos ; es invisible y difícil de cuantificar. No vamos a encontrar herramientas para visualizar y cuantificar. Cómo lo expresa el yatiri y la manera cómo visualiza el imaginario espacial y el accionar de la gente, en el espacio de la materialidad, eso podría, de alguna manera, orientarnos ; pero no podemos, por eso, decir que todas las cosas sean así siempre. Eso nos remite a hacer referencia cómo los yatiris procesan y manejan su saber y conocimiento, por medio de axiomas probabilísticas, aproximaciones a la objetividad y la verdad de las cosas. No hay verdades absolutas. Una cosa, una vivencia, desde los diferentes horizontes espacio-territoriales, matrices-culturales y hasta lógicas lingüísticas distintas, puede tener una gran variedad de aproximaciones, sin decir que una de ellas es la verdadera. Más o menos, con ese cuidado, opera el yatiri y el chamakani. Por eso no son compatibles, ni me gustan esas ideas que dicen la equidad de género, la igualdad de la mujer al hombre, pues, desde la constitución física y sexual, no hay igualdad. Somos identidades diferentes. Allí demandan ser iguales, equitativos, pero para eso tendríamos que cambiar de sexo. Pero sí podemos tener complementariedad y armonía como son los principios de los pueblos andinos. Por eso, uso mucho el ejemplo del hombre y de la mujer – jaqicha para el qamaña – donde el hombre y la mujer cumplen roles y competencias complementarias.

Este tipo de cosas hacen en mi criterio, el yatiri y el chamakani : aproximaciones axiomáticas a la objetividad del camino de la vida. Que uno sea mayor y mejor autoridad en el día y el otro sea mayor y mejor autoridad en la noche, eso es otra cosa de mayor aproximación a la calidad y la claridad. Pero también tenemos que estar concientes de que, para cada cosa, se tienen especialistas variados. En el ramo de la medicina herbolaria y espiritual andina, hay una amplia gama de jerarquía de especialistas. Pero siempre actúan en función de lo que les dice la inalmama : nombre ritual y espiritual de la hoja de Coca. Por medio de ella, averiguan si el paciente es para su sabiduría y mano o hay que derivar a otro sabio. Sólo la inalmama les indicará eso y, en función a ello, actuarán los especialistas con los concurrentes en este proceso. Ver en las hojas de Coca es un arte y sabiduría de los sabios andinos.

D. Temple :
— Tu concepto de Armonización es preciso definirlo mejor, porque utilizas expresiones occidentales en un sentido no occidental- Aquí hay un problema. Quizás armonización, como lo entiendes, sea una intervención, una acción para armonizar lo material con el espiritual. Pero Armonía, para los occidentales, es un acuerdo entre entidades constituidas. Por ejemplo, en la música, la armonía quiere decir un acuerdo entre sonidos no disonantes. Tú dices : hacemos una armonía con el diablo ; es decir, con algo disonante y eso no es armonía, para un occidental. No se puede hacer una armonía con algo dis-armónico y el diablo es dis-armónico.

S. Yampara :
— Eso nos remite a eso que tú has abierto también : el manejo de la lógica. Aquí hay dos elementos que me hacen pensar : uno, es la lingüística ; una cosa es pensada en la lengua materna que circula en los yatiris y los chamakanis ; y otro es, esta cuestión que tu has dicho de la estructura lingüística misma y del pensamiento que es la lógica con que se agarra. Entonces puedes ver, con la lógica occidental y su tabla de verdades, la afirmación o la negación, el blanco y negro que se anulan, la existencia de otras posibilidades, eso es práctica del occidente, así como el diablo, para el cristianismo, es dis-armónico. En cambio, en los Andes, hay probabilidades : es un juego axiomático, o sea, puedes tener allí una serie de aproximaciones. Por eso hay hasta encuentros con el diablo, pues, interaccionando ambas energías, se puede armonizar imaginando en el imaginario, simbolizando y representando por los símbolos y hasta celebrando con ellos, como lo hacen los Andinos. Lo que sí hay que entender es que hay niveles y jerarquías de armonía en la vida.

D. Temple :
—  ¿Cómo se dice « armonía » en aymara ?

S. Yampara :
— En aymara no hay una sola palabra. Tiene varios acercamientos : suma askikipan, suma ch’uwakipan, chiqapakipan, mayakipan, ma wawaru-jaqiru-markaru-chamachatapan.

Suma askikipan, quiere decir « que todo sea bueno, agradable ». Suma ch’uwakipan, quiere decir « que todo sea transparente, limpio y claro ». Mayakipan, quiere decir « que todo sea unido o en unidad ». Ma wawaru-jaqiru-markaru-chamachatapan, quiere decir, « que tenga una fuerza y energía espiritual de una criatura, de una gente, de un pueblo ». Hay este juego axiomático de aproximaciones. Pero nunca vas a decir o afirmar que « siempre es así, el blanco es blanco, el negro es negro » sino que « entre el blanco y el negro, hay una serie de probabilidades de colores que puedes ver ». De allí emanan los colores del arco iris, macho y hembra que, a su vez, hacen el tramado de la wiphala « bandera » cuadrada de siete colores. Entonces, como a través del negro, puedes ver una serie de probabilidades de colores : depende del tono, de la emoción, del momento donde eso puedas percibir. Eso, entonces, está expresado en la lógica de los aymaras. Por eso, cuando vas a preguntar algo a los aymaras, ellos no te van a responder o decir, casi nunca, sí o no ; sino te van a decir “tal vez”, “parece”, “quizás” “probable que sea así” : una serie de aproximaciones axiomáticas puede ofrecerte ; probabibilidades que no afirman ni niegan que la cosa está así o asa o siempre será. Lo más próximo sería suma qhusqha qamaña : vivir en armonías todas.

D. Temple :
— Yo busco la palabra que podría decir la cosa, mejor que armonía. Quizás haya una idea de perfección, o sea, una proyección de complementariedad…

S. Yampara :
— Proyección de una imagen de perfección, simplemente sería qamaña.

La contradicción entre el Imaginario cristiano y el Imaginario qullana

Ahora bien, creo que eso podríamos ver, quizás viendo el fenómeno del cristianismo. ¿Cómo aparece, aquí en Europa, el catolicismo, el cristianismo ? y después ¿cómo se ha trasladado a otras civilizaciones ? Y, en los Andes, con la invasión colonial, ¿Cómo se ha impuesto con otros valores que, hoy, son un problema ?

D. Temple :
— Este sería un tema demasiado largo para mí. Pero hay una cosa que veo y es que los cristianos en tu país han puesto sus iglesias siempre en el centro de la marka. Es como para expresar una concepción religiosa en la que hay un punto central que reúne todos los poderes, bajo el control de una sola autoridad. Me pregunto si la primera intervención de la iglesia no tenía por objetivo sustituir a los curacas, es decir, a los representantes del inca. Quizás Uds han conocido un sistema centralizado, con pocos mercados, pero con un sistema de redistribución centralizado, por el cual la autoridad espiritual estaba completamente unida a la personalidad del Inca y de sus sacerdotes. Quizás, la iglesia quiso sustituir a los curacas por los sacerdotes y sustituir al Inca por el Papa. Pero este sistema de redistribución centralizado es diferente del sistema descentralizado de los yatiris, porque cada uno de los yatiris responde a lo que le toca por la lectura de la Coca. El manejo de la Coca permite a los yatiris responder, sin obedecer a ninguna autoridad central. Cuando dices que algunos son yatiris por señales naturales, es decir, que estas señales vienen de afuera, del azar, de no se dónde, pero no vienen de una autoridad jerárquica que está a los ordenes de Roma o de Cuzco. Entonces esta estructura totalmente descentralizada es un problema para la iglesia, porque ella no puede superar esta competencia por simple sustitución. Entonces no queda otra solución que enfrentarse, diciendo que son el mal, que son diabólicos, que son brujos y descalificando « las cosas de indios » como dicen. Ahora cambia el problema, porque hay un nuevo peligro que son las iglesias norteamericanas que vienen, sin autoridad centralizada, y ellas pueden sustituir a los yatiris, porque están descentralizadas también. Vienen, sin embargo, no con la potencia de armonizar lo real con lo simbólico, lo que dices « armonizar las fuerzas materiales y las fuerzas espirituales ». Yo prefiero decir, como sabes, lo Real, porque lo Real implica relaciones. En cambio, “lo material” parece decir las cosas mismas y no sus relaciones.

La esfera de lo Imaginario de los yatiris está manejando, controlando, pero también está siendo controlada por la vida real y, de esto, surge la idea de armonización, por la interacción de los dos, de ambas partes. Ahora bien, por el contrario, las sectas tienen instrumentos ideológicas para someter lo real a su imaginario y todo lo que no entre en sus ideologías, les aparece mal. Ellos, sí, cuando entran en el lugar de los yatiris, rechazan las fuerzas que dicen malignas, en lugar de controlarlas para llegar a una armonización.

S. Yampara :
— Podría ser que sean peligrosas. En cualquier caso, parecen ser nomás un desprendimiento del cristianismo. Siguen siendo una especie de diversificación del teo-centrismo que se desarrolla en este espacio ; pero sigue siendo la religión. Tratan de religar, atar con ligas lo separado por ellos mismos : las energías espirituales de lo material, o lo real, de lo imaginario en tu lenguaje. Pero estoy pensando sobre lo centralizado y lo descentralizado y veo que evidentemente el yatiri trabaja con sus jerarquías en su espacio, tiene sus competencias, pero esas competencias son dirigidas, reguladas con la lectura y las palabras de las hojas de Coca, de la inalmama : madre inofensiva : inocente, pero iluminadora del imaginario, que no depende de nadie y no pide nada a nadie, pero que es sabia a su vez ; que ayuda a los sabios a leer y a pronosticar la situación de su estado y de la vida. Eso creo que es una cosa que hay que ver, profundizar sobre la inalmama y liberar de sus detractores cristianos y sectas religiosas y de la desnaturalización del narcotráfico de la cocaína que está en el mundo. En todo caso, dependen también de la comunidad de deidades : como los achachilas, la pachamama, el tata inti y la phaxsi-mama y no sólo de un “todo poderoso”.

Ahora, otro tema que tú ves es la relación entre lo material y lo espiritual. Probablemente estas palabras no sean adecuadas, pero han surgido en el proceso. Tú hablas de lo Real y de lo Imaginario. Podemos decir, más o menos, que son sinónimos, sin ir a la semántica de las palabras, o ¿podría tener otra connotación ? Es que los Andinos tienen un tesoro a pesar de tantas invasiones, tantas cosas. Imagino que han hecho no sólo sustituir a los curacas o al mallku o el inca, sino, que también han ocupado espacios de mayor energía espiritual como son las Wak’as, las Illas, los Apus y todos los espacios de las deidades naturales, sitios de adecuada carga de energías espirituales. Por ejemplo, las iglesias, los templos de las iglesias cristianas aparecen sobre-puestos en espacios donde se hacían las ceremonias espirituales y rituales más importantes, en Cuzco, en Tiwanaku, Copacabana. Hoy, hay iglesias como hongos en El Alto de La Paz. Ahí aparece, de pronto, un templo cristiano ; entonces también aquí está la sustitución de espacios espirituales al lado de la sustitución de las autoridades, señalada anteriormente.

Los diferentes sentidos occidentales de armonización

D. Temple :
— Entonces veo que hay, como dices, un problema de lógica y un problema lingüístico. Por ejemplo, hablamos de “Armonización” y esta palabra tiene sentidos contradictorios. Si decimos que el tinku es un proceso de armonización, porque controla las actividades malignas y, por este control, llega a superar lo maligno para hacer suceder una cierta claridad y una visión común que es benigna, es una cosa. En mi percepción, el tinku es más precisamente esta relación de reciprocidad por la cual se relativiza mutuamente la hostilidad o la disparidad o la adversidad o, tal vez, la violencia, mejor dicho, las fuerzas de oposición ; para que, de esta relativisación mutua, salga una resultante mayor que es el honor de los unos y de los otros y, más allá la idea de lo que es justo entre los unos y los otros, la resultante del enfrentamiento sea, quizás, la paz pero, tal vez, el sentimiento de la justicia a pesar del hecho que, quizás, concretamente, no pueda materializarse … lo que necesitara otro tinku… Entonces, primero, podemos decir que Armonizar, aquí, es relativizar por el medio de reciprocar lo maligno, tanto como se reciproca lo benigno, por la reciprocidad en el ayni.

Sin embargo, hay otro sentido de la Armonización : dices que los yatiris armonizan también lo material con lo espiritual. Es decir, que intervienen los yatiris para decir las reglas o para decir lo que es conforme o para decir lo que se tendría que hacer para solucionar los problemas materiales. Actúan a partir de lo simbólico y practican con símbolos dentro del Imaginario de la gente. Este es otro sentido de Armonización : esta vez no a partir de la reciprocidad concreta, sino a partir de los valores ya constituidos en su mente que actúan para controlar a la vida.

Pero, además, tú utilizas la palabra Armonización para decir que lo maligno y lo benigno se pueden unir en una visión mixta del uno con el otro. No es lo mismo decir que se armonizan las cosas malignas entre si por reciprocidad, para llegar a una cosa buena como en el tinku, y decir que se armonizan el bien con el mal.

Pero « se baila con el diablo » dices, para justificar este sentido de la armonización. Es cierto. Pero eso se analiza como una respuesta a la invasión de los cristianos que dicen que todo lo que resulta de la reciprocidad negativa (del tinku, por mejor decir) es malo o también que dicen que todas las prácticas de reciprocidad de los aymaras en lo Real y de los yatiris en lo Imaginario son « cosas de indios. Una respuesta que significaría : ¡No ! nosotros sabemos controlar el mal y bailamos con el diablo, porque controlamos a las fuerzas malignas por el tinku, por la reciprocidad negativa. Según entiendo, no quieren decir, entonces, que lo malo en sí y el bien en sí son como cosas ya constituidas equivalentes, y que se puede practicar de la misma manera el mal y el bien. Si se dijera eso, se podría decir que la distinción entre el mal y el bien no tiene razón de ser. Por tanto, que no hay que hacer una distinción entre pobre y rico, reciprocidad y no reciprocidad, burguesía y proletariado. Estas distinciones existen, aunque pueden ser reconocidas a través de una sutil diferenciación como son las colores entre los extremas del arco iris. Y se puede recordar también que, los Aymaras, cuando quieren expresar los extremos utilizan la palabra allk’a o también urin aran para subrayar los contrarios. Utilizan la Palabra de Unión para decir la progresividad entre los extremos. Pero una cosa es decir que la Palabra de Unión permite reconocer, entre los extremos, las variaciones más pequeñas y otra cosa es negar la contradicción. La unidad de la contradicción, que caracteriza la Palabra de Unión, no quiere decir la desaparición de la contradicción sino su conceptualización en su unidad o en todas partes. Si se pierde de vista la realidad de la contradicción, se podrá aceptar colaborar con los burgueses o los capitalistas y armonizar su acción con la actuación del capitalista, pero esta colaboración sería la negación de la lucha, incluso, de la reciprocidad negativa, es decir, del tinku. En este caso, la noción de Armonización se hubiera vuelto en su contrario, porque hemos dicho que el tinku es armonización de lo maligno.

Yo pienso que si no se entiende Armonización como sinónimo de la relativisación producida por la reciprocidad, entre las fuerzas que ella pone en juego, esta palabra es problemática. Si se quiere usar para decir el encuentro entre, por una parte, la eficiencia de lo simbólico y, por otra parte, las actividades productivas de los Aymaras en el mercado o otras actividades de la vida organizadas también por la reciprocidad (ayni, minka, tinku, etc.), este otro sentido se tiene que precisar. Sería útil dar a este control del yatiri un nombre diferente, porque este manejo permite una distinción muy importante con la actuación de los sacerdotes cristianos que ellos no pueden tomar en cuenta las actividades de base y que entonces quedan con la obligación de imponer su Imaginario sin respeto para lo Real : la vida real de los comuneros. Y, por fin, si se quiere decir por Armonización : dar una respuesta a la dicotomía impuesta por los colonos y misioneros, y reivindicar, sea el control del mal a través de la matriz de la reciprocidad, sea su superación por la cosmovisión andina (lo que, a mi parecer, es el significado de todos los bailes del Gran Poder) entonces no se tendrá que hacer confusión por esta respuesta muy sofisticada, pero muy profunda, con una colaboración con los invasores, los colonos, los ricos y con los burgueses capitalistas. No digo que esa confusión no sea posible, pero creo que esta confusión es la que buscan los occidentales, cuando los aymaras intentan superarla. Decir Armonización es posible, pero se tiene que precisar las referencias de esta palabra.

Convivialidad y tinku

S. Yampara :
— Pero hay otras cosas como la matriz cultural andina Tiwanakota y la occidental. En el tema de la cultura andina : es el factor de convivialidad. Esta convivialidad expresa que puedes trabajar con ambas energías, digamos maléficas y benéficas, en el sentido como has dicho, que puede ser de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, porque los andinos no son santitos puros que no tienen nada de diabólico. No podemos decir eso : tienen, algo de eso, pero también cosas éticas. Lo diabólico y la benignidad están en uno mismo ; no están separados ; son cargas de energías que hay que sintonizar y armonizar. Eso hay que decir. Pero lo otro : como el robo, la mentira, la flojera, así como el cristianismo, eso viene con la invasión colonial. Es decir, han venido más cosas malas que buenas, como el poder de dominio de pocos, el cristianismo, la propiedad colonial y privada del territorio y el sistema económico de acumulación privada. Entonces, si bien, de ambas resultan cosas/energías malignas y benignas ; sin embargo, de la invasión, vinieron menos cosas benignas que de los propios pueblos. Entonces, hasta en eso aporta con sus valores éticos la cultura de convivialidad y de convivencia indígena frente a la invasión de otros valores. Aquí, por ejemplo, lo diabólico hay que convertir en benéfico, para convivir en armonía. Eso ¿cómo se resuelve ? : A través del t’inkhu. El t’inkhu es un acto ceremonial ritual que se hace, precisamente, para tratar de armonizar, de administrar estas energías malignas con las energías benignas. Energías que salen/emanan de la altura, de lo más alto del espacio celestial de alaxpacha y de la profundidad de adentro de manqhapacha, para encaminar el proceso de pacha-kuti.

D. Temple :
— El tinku ¿cómo lo escribes ?

S. Yampara :
— tinku o t’inkhu. Ahora se tiene que tematizar. Una cosa es el tinku otra cosa es el t’inkhu. T’inkhu también tiene niveles. El tinku puede ser encuentro. Pero el t’inkhu puede ser realmente confrontación, un poco como la acción guerrera que mencionabas.

D. Temple :
— ¡Hay los dos !

S. Yampara :
— ¡Si ! Hay los dos. Como en la cuestión de la muyta y la muyt’a, de la misma manera, hay el tinku que es más un encuentro festivo ritual de compartir : la convivialidad, pero este puede también estar expresado con mayor violencia y de confrontación de energías, que, en este caso, es el t’inkhu. Pero ambos están orientados no a anular energías del uno al otro, sino, a lograr el bienestar y la armonía de las partes en un todo, aporte y consensuación de energías, que es diferente de invasión, hegemonía y totalitarismo. Es encaminar por la ruta del consenso y convivialidad de la vida.

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Superior


Notas

[1] HARNER, J. Michaël. The Jívaro : People of the Sacred Waterfalls, (trad. fr.) Les Jivaros - Hommes des cascades sacrées, Paris, éd. Payot, 1977.

[2] DESHAYES, P. & B. KEIFENHEIM. Penser l’Autre chez les indiens Huni Kuin de l’Amazonie, Paris, L’Harmattan, 1994.

[3] TEMPLE, Dominique. Teoría de la reciprocidad, tomo II “El frente de civilización”, cap. “Las dos Palabras”, Bolivia, Padep-gtz, 2003, pp. 245-260.

[4] MELIÀ, Bartomeu & Dominique, TEMPLE. El don, la venganza y otras formas de economía guaraní, Asunción del Paraguay, Centro de Estudios Paraguayos “Antonio Guasch”, 2004.