Principio organizador de la vida material y espiritual que, a partir de la Palabra de unión , tiene una función análoga al principio dualista : preservar o restaurar lo contradictorio en el seno de las comunidades. Restablece el equilibrio necesario a lo contradictorio a partir del redoblamiento de la unidad en sentido contrario. El movimiento centrípeto de los bienes (la cosecha, por ejemplo) es redoblada de la distribución centrífuga.