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décembre 2010

“Vivir Bien : una alternativa transformadora de desarrollo”

Dominique Temple

Del Vivir al Vivir Bien

L’accession d’un Aymara, Evo Morales, à la Présidence de la République de Bolivie témoigne de la dynamique des communautés des Andes. Cependant, si elles arrivent aujourd’hui à s’exprimer, celles-ci ne disposent pas encore des moyens pratiques et théoriques pour affronter le système capitaliste dont elles refusent le modèle. Evo Morales a donc eu recours à l’idéologie marxiste. Ce choix lui permit de négocier, contre tout pronostic, la nationalisation des hydrocarbures de Bolivie.

La rédaction d’une nouvelle Constitution fut le deuxième engagement majeur de l’équipe au pouvoir. La Constituante chercha alors à concilier 1) le principe de réciprocité en vigueur dans les communautés indiennes, 2) le libéralisme, prôné entre autres par l’Église catholique, et 3) la théorie marxiste défendue par le Gouvernement.

Si les marxistes n’ont pas été en mesure d’abolir la privatisation des moyens de production dans un pays où la propriété privée de la terre signifie la colonisation, l’exploitation et le racisme unis, ils ont néanmoins subordonné la privatisation de la terre à la fonction sociale de la propriété, et celle-ci au Bien Commun.

Le Gouvernement a donc pris l’initiative d’un débat national sur la définition du Bien Commun (“comment vivre Bien”) devenu thème de campagne électorale des Législatives et de la Présidentielle, organisé un congrès international auquel furent conviés des représentants des nations indigènes de tout le continent, et enfin un séminaire international destiné aux membres des différents ministères de la Planification, de l’Économie et des Finances, sur le même thème.

Les diverses contributions à ces débats faisant toujours référence à des valeurs constituées (la solidarité, la confiance, la justice…), nous avons proposé de revenir sur ce “donné” en montrant que la valeur n’était ni innée ni transcendante mais “construite” par les hommes et entre les hommes, en considérant la réciprocité anthropologique comme la matrice des valeurs de référence de toute démocratie.

Le rapporteur du congrès (Jaqueline Michaux) a rendu compte dans sa motion de synthèse de cette proposition en ces termes :

Vivir Bien implica Producir valores éticos

 
« Para Dominique Temple, se debe diferenciar el Vivir del Vivir Bien. El Vivir está asegurado por dos tipos de factores : el acceso y control sobre los recursos básicos y fundamentales dados por la naturaleza (tierra, aire, fuego/energía, agua) ; el acceso y control sobre los recursos producidos por los pueblos mismos : derechos humanos y sociales (educación, salud, libertad, participación, convivir, diversión, etc.). Pero el Vivir Bien implica que el acceso y control de los pueblos sobre los recursos naturales, culturales, sociales, económicos, etc. permitan a la vez la producción de valores éticos, y sólo los sistemas políticos y sociales basados en estructuras de reciprocidad producen estos valores.
 
Así, la diferencia principal entre el sistema de intercambio y el sistema de reciprocidad es que el primero genera valores materiales importantes, pero a un alto costo social y humano ; el segundo genera valores materiales – tal vez en menor cantidad – pero crea a la vez valores simbólicos y éticos.
 
Se identificó cinco estructuras de base : binaria simple, binaria colectiva, ternaria unilateral, ternaria bilateral y ternaria centralizada – que generan, cada una de ellas, un valor humano o ético específico.
 
La teoría de la reciprocidad implica entonces que aquellos valores como la justicia, la solidaridad, la equidad, la confianza, la lealtad, la responsabilidad, etc. no sean impuestos por alguna norma externa – religiosa, tradicional o ideológica, por ejemplo, menos por la coerción – sino que procedan del sistema económico de reciprocidad.
 
Es decir que las mismas relaciones de producción, cuando se fundamentan en la reciprocidad, generan valores éticos. He aquí la gran ventaja cualitativa de la economía de reciprocidad, y la raíz del Vivir Bien.
 
La combinación de estas estructuras entre ellas constituye un sistema de reciprocidad, propio a cada pueblo, en función a los valores privilegiados por sus miembros. Sin embargo, Dominique Temple nos advierte que ciertas estructuras son incompatibles (el mercado y la redistribución, por ejemplo) y que algunas se superponen (en el caso de los múltiples derechos agrarios, por ejemplo).
 
Vemos, y quiero subrayar eso, que los valores creados no proceden de algún un altruismo innato de los seres humanos : son creados por las mismas relaciones reales entre hombres. Es lo que permite que el Vivir Bien pueda ser creado y construido por todos los pueblos de la tierra ».
 

Comentarios finales

 
« A lo largo de estos dos días hemos pasado de una concepción del Vivir Bien como Vivir – cualitativo, integral (material, espiritual, afectivo y social), ancestral – a la comprensión de los mecanismos de surgimiento de lo Bueno : las estructuras de reciprocidad.
 
Por otro lado, Dominique Temple nos planteó tres niveles distintos de análisis : lo real, lo simbólico y lo imaginario, indicándonos que el Vivir Bien debe construirse a partir de relaciones de producción en lo real, y no sólo a partir de imaginarios locales y particulares. Además, las relaciones de producción se establecen en lo real en función a dos opciones : el intercambio y la reciprocidad. El intercambio está al origen del despojo total de los pueblos indígenas de sus territorios, religiones, conocimientos y técnicas, porque la lógica y coherencia de las estructuras de reciprocidad que organizaban los pueblos y comunidades indígenas hacia el Vivir Bien no eran conocidas. Hoy, al tener acceso a la inteligencia de la reciprocidad, es posible no solamente reactivar estructuras pasadas, sino crear nuevas más acorde a los desafíos actuales.
 
Hasta ahora, el Vivir Bien fue presentado también en su dimensión temporal :
 
— como un sistema pasado, propio de una civilización milenaria (Tiwanaku, por ejemplo) que queda por entender y descifrar ;
 
— como una práctica actual de los pueblos originarios (ayni, mink’a, fiestas, sistema de cargos, etc.), pero debilitada o destruida por el sistema de intercambio capitalista ;
 
— como una propuesta transformadora para el futuro.
 
El Vivir Bien aparece entonces como una proyección futura, conectada al pasado en el presente. El Vivir Bien implica una transformación que conecte entre sí pasado, presente y futuro ». J. Michaux

Cependant, la thèse communautaire de la Vie Bonne peut-elle se développer du moment que l’enrichissement capitaliste n’est pas aboli ?

La population urbaine de El Alto, à La Paz, principal actionnaire du Pouvoir peut orienter le débat politique selon une nouvelle dynamique dont témoigne cette vision de Mario R. Duran Chuquimia, partiale certes et unilatérale, mais néanmoins utile parce qu’elle souligne le danger qui menace le MAS :

« En menos de una generación, El Alto tuvo éxito vendiendo de todo, sufriendo la seca y la meca, muriendo y matando, no pagando impuestos (como en toda sociedad salvajemente capitalista, en El Alto, la palabra “impuesto” es pecado). No hay que equivocarse. Los alteños no son unos indios martirizados y tristes al son de una quena. No estamos ante unos indígenas explotados, buscando el socialismo místico y la reivindicación telúrica de la raza y de la montaña. Ni siquiera son nacionalistas. Esos son inventos de los políticos y sobre todo, de los politólogos. Paceños, por cierto. Los alteños son tipos y tipas super racionales. Y lo de los ritos, los humos mágicos, la hoja de coca para leer la suerte, la llamita muerta con el cuello torcido, las piedras porno y el gran sexo que practican, el Dios sol y las ideologías del XIX y del XX como el nacionalismo, son detalles decorativos en el hombre de El Alto. La verdad es que a primera vista, el modo de organizarse de los alteños es medio arcaico : el sindicato. Pero los objetivos de sus sindicatos, son auténticamente postmodernos. Sus modos de organizarse son el sindicato vecinal y el sindicato de servicios. El sindicato vecinal son las famosas juntas, cuyo principal objetivo es cuidar la propiedad urbana : evitar impuestos y a la vez, apreciar la propiedad con servicios, losetas, seguridad y todo eso que se le puede sacar a la política. Y el sindicato de servicios – comerciantes y transportistas – da organización a auténticos imperios económicos… (…)
 
Los alteños son como los chinos. Milenarios, con dioses hasta por los codos, llenos de rituales y bailes folklóricos aburridísimos y reiterativos. Pero eso es para la diversión y la estética. Para el domingo. Porque a la hora de la plata, los alteños son como los californianos. Unas fieras capitalistas. O más claro : los alteños son unos tipos que quieren progresar y que para eso, le echan de lo lindo – y con gran éxito – al capitalismo comercial. (…)
 
Y si todo eso ocurre en menos de una generación, ¿saben qué es lo próximo ? Lo próximo es que esa comunidad quiera el poder. Y si puede, lo lógico es que lo tome. »
 
Mario R. Duran Chuquimia : “Bolivia — El Alto — La nueva elite del altiplano”, publicado en analisis, el alto, planet, en 2007.

Le Pouvoir, donc… selon l’hypothèse d’un capitalisme andin, à partir de, répétons-le, une vision unilatérale exclusivement occidentale !

Mais le Pouvoir pour quoi faire et pour quel avenir quand le monde entier s’interroge… ?

Qu’est-ce qui fera qu’une société dont l’acculturation de la dernière décennie ne le cède en rien à cinq siècles de colonisation se détourne du Pouvoir de l’argent et substitue aux “rapports de forces” des relations humaines ?

Qu’est-ce qui fera cesser la frénésie vers l’abîme et dissiper l’illusion d’un monde global, où le chacun-pour-soi, fleuron des pays riches, vire au sauve-qui-peut, et dont on sait qu’il sera sans merci ?

Qu’est-ce qui fera que l’on croira, demain, en l’avenir ?

*

Pour une autre perspective, voir le site : Espacio de reflexión y debate sobre el Principio de Reciprocidad de Javier Medina, Bolivie.

Et pour prolonger le débat, voir : D. Temple : “La Constitución boliviana y sus desafíos”, (2008).

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