Según la Lógica de lo contradictorio , el Tercero incluido puede quedarse hasta permanecer en sí mismo y confundirse con su identidad. Puede tambien diferenciarse en las singularidades. En esos casos, lo absoluto de la afectividad que constituye su manifestación deriva en lo no-contradictorio de la Palabra. La univocación del significante de la Palabra demuestra esta deriva de lo contradictorio en lo no-contradictorio. Hay dos Palabras puesto que la deriva en la no-contradicción puede efectuarse sea por Diferencia sea por Identidad.
Pero puede también revelarse de modo contradictorio. Es de la relación entre la Palabra del Uno y la Palabra del Otro que renace el Tercero incluido : el Espíritu.
La Palabra es pues la mediación necesaria de la relación de reciprocidad trinitaria, el paso obligado del Espíritu entre ambos.